Por: María
Desde: Sapa (Vietnam)
Cuenta la leyenda que, hace mucho
tiempo, poco después de que el pueblo vietnamita se asentara en su
tierra, éstos fueron invadidos por los chinos. El Emperador de Jade
envió entonces a la tierra a la Madre Dragón y sus dos hijos para
ayudar a los vietnamitas a defender su país frente a los enemigos
invasores. Justo cuando los barcos enemigos estaban a punto de
alcanzar la orilla, los dragones escupieron millares de perlas y
joyas de jade, las cuales al caer sobre las aguas se convirtieron en
miles de islotes que emergieron por toda la bahía, creando una
muralla natural contra la que se estrellaron las embarcaciones, las
cuales no pudieron virar a tiempo.
Enamorados de la belleza de aquel
mágico lugar, los dragones decidieron quedarse allí donde se había
librado la batalla en vez de regresar al cielo. El lugar donde yace
hoy en día la Madre Dragón es la bahía de Halong, mientras que los
dos hijos dragones reposan en la bahía de Tu Long:
Hoy en día, la bahía de Halong es
patrimonio natural y ha sido recientemente elegido como una de las 7
maravillas naturales del mundo. Desde un principio éste era uno de
los puntos del viaje sobre el que mayores expectativas tenía, y
puedo decir que desde luego éstas se cumplieron. Y es que Halong era
uno de los destinos destacados en mi lista de “viajes pendientes”,
uno de esos lugares que había visto tantas veces en películas y
documentales y siempre me habían despertado la ansiosa inquietud de
venir a verlo en persona. Resulta imposible transmitir con palabras
la sobrecogedora belleza del lugar, así que me limitaré a poner una
serie de fotografías (aunque tampoco le hacen justicia) y resumir
muy brevemente en qué consistió nuestro tour:
El tour lo teníamos contratado con
nuestro hostel, Central Backpackers, por un precio de 100 dólares
por los 3 días. El primer día nos recogieron en la recepción del
hostel a las 8 de la mañana, y cogimos un autobús que, tras unas 3
horas y media de trayecto (con una breve parada intermedia), nos dejó
en el muelle donde pudimos coger un pequeño barco que nos llevó a
la que sería nuestra casa flotante durante los próximos dos días.
El barco, que compartimos con 8 jóvenes más (tenía una capacidad
de 18 personas, más la tripulación) superó nuestras expectativas.
Tras disfrutar de una buena comida (las
comidas incluidas en el tour han sido lo mejor que hemos comido en
este viaje) en un entorno inmejorable, el barco se puso en marcha y
comenzamos nuestro crucero:
Por la tarde hicimos una parada para
visitar unas cuevas que no eran gran cosa (eran lo más prescindible
del tour), aunque desde lo alto se podían apreciar unas buenas
vistas de la bahía:
Después pudimos disfrutar de un paseo
en kayak por la zona:
Y finalmente, con el barco ya anclado
en el lugar donde pasaríamos la noche, nos dimos un refrescante baño
que se agradeció mucho, y los más atrevidos (todos los de nuestro
grupo, porque al final siempre somos los españoles los que nos
apuntamos a todas estas locuras) nos zambullimos tirándonos desde el
techo del barco:
El segundo día algunos de nosotros nos
levantamos alrededor de las 4 y media de la mañana para poder ver el
amanecer (sin ser un amanecer espectacular por culpa de algunas
nubes, el entorno hizo que el madrugón mereciera la pena):
Nuestra primera parada del día fue en
la isla de Cat Ba, donde hicimos un trekking de unas 2 horas para
subir a la cima del parque y disfrutar de sus impresionantes vistas.
El calor que pasamos hasta que comenzamos el trekking (una vez en el
parque, la espesa vegetación hacía que el camino discurriera casi
todo el tiempo a la sombra) fue extremo, y creo que no exagero si
digo que jamás en mi vida había sudado tanto como aquel día. No
obstante, la recompensa final hizo que el esfuerzo mereciera la pena
con creces:
Y, finalmente, nos dirigimos a la
pequeña isla de Monkey Island, donde nos alojaríamos esa noche en
unas cabañas junto a la playa:
El tercer y último día, tras
disfrutar una vez más de un rico desayuno (¡qué bien sabían los
crepes con aquellas vistas de la bahía!), pusimos rumbo a Hanoi,
donde llegamos algo más tarde de las 5.
Finalmente, pasamos allí el
resto de la tarde haciendo gestiones para el resto del viaje, hasta
que llegó la hora de coger a las 10 de la noche nuestro tren hacia
Sapa.
esto es paradisiaco, que maravilla! menudo viaje!
ResponderEliminarQue preciosidad de sitio!
ResponderEliminarHOLA SOY LA TIA DE CRIS, QUE VISTAS MANDAR MAS FOTOS QUE NOS HACEMOS UNA IDEA MEJOR DEL LUGAR QUE POR LO QUE APRECIO ES PRECIOSO ADELANTE Y BESOS...
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