Por: María
Desde: Ho Chi Minh (Vietnam)
1. Sus paisajes sobrecogedores:
2. Relajarse y tomar una limonada casera bien fresquita en una terraza chill-out a la orilla del río (muy recomendable la visita al bar Utopía):
3. Llenar un plato de comida hasta arriba, ¡por 1 euro!
4. Aunque sea de las que odian ir de compras cuando están de viaje, reconozco que también echaré de menos el encanto del mercadillo nocturno de Luang Prabang y sus artesanías:
5. Nuestros desayunos de lujo, con tartas y pastelitos caseros recién hechos por precios muy muy asequibles:
6. Los riquísimos batidos de frutas naturales, por menos de 1 euro:
7. Los pastelitos de coco que vendían en los puestos callejeros (y que no habíamos visto nunca, ni hemos vuelto a ver en ningún sitio desde entonces) por poco más de 10 céntimos la unidad:
8. Tomarse por la noche en una terraza (sin sufrir el calor asfixiante de las ciudades vietnamitas) una Beerlao en buena compañía:
9. La inmensa variedad de actividades que se pueden practicar en los alrededores (trekking, excursiones en bici, kayak, elefantes, cuevas, cascadas, escalada, etc.)
10. Y, por supuesto, la infinita amabilidad, la sonrisa sincera de su gente... Y la voz de los niños gritando alegres "sabaidee" ("hola" en lao) cada vez que te cruzas con ellos por los caminos:
Wow, que maravilla, y en este viaje parece que os estais cuidando mas, que rica la fruta, precioso todo.
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