viernes, 10 de agosto de 2012

Vang Vieng: entre cuevas y cascadas

Por: María
Desde: Phnom Penh (Camboya)

Con algo de retraso, llega la primera entrega de las dos entradas pendientes sobre Vang Vieng, nuestra última parada en Laos, donde pasamos los días 2 y 3 de agosto (finalmente suprimimos la visita de la capital Vientiane para poder reducir una jornada de bus y seguir disfrutando de los atractivos del norte de Laos). 

En realidad el pueblo de Vang Vieng, una de las mecas del turismo en el sudeste asiático para aquellos mochileros que buscan fiesta y alcohol, no tiene mucho que ver. Como pueblo carece de puntos de interés que visitar, y básicamente está formado por hostels, bares, agencias de turismo y tiendas. No obstante, su entorno sigue siendo impresionante como todo el norte de Laos y he de decir que me sorprendió muy gratamente. Quizás sea porque las advertencias de todo el mundo me habían hecho mentalizarme para encontrarme con un Benidorm al estilo asiático, con guiris occidentales al borde del coma etílico por doquier, y en cambio lo que encontramos fue uno de los pueblos más tranquilos por los que hemos pasado. Según nos dijeron, durante esta época es temporada baja, y además las fechas coincidían con la Full Moon Party en Tailandia, la cita ineludible de cada mes para todos los mochileros que vienen al sudeste asiático con ganas de que la fiesta se les vaya de las manos (vamos, básicamente el mismo perfil de viajero que en Vang Vieng):

Dado que el primer día llegamos ya de noche (tras un viaje en minivan de casi 7 horas desde Luang Prabang, por carreteras medio destrozadas por la lluvia y los desprendimientos, pegados al borde del precipicio por las montañas, y con un conductor que pese a no ver nada con el diluvio que estaba cayendo se dedicaba a hablar tranquilamente por el móvil en vez de mirar a la carretera), comenzamos a explorar los alrededores de Vang Vieng el día siguiente por la mañana.

Se nos hizo desayunando algo más tarde de lo que pensábamos (¡es difícil arrancar cuando se es un grupo tan numeroso!), de modo que en vez de coger unas bicis como habíamos considerado al principio, contratamos un tuk tuk para que nos llevara a la cueva de Phu Kham, a 7 km de Vang Vieng:


La visita a la cueva nos encantó. He de decir que creo que hay un requisito imprescindible para poder disfrutar de la visita como nosotros hicimos: ir temprano por la mañana, cuando todavía no hay nadie (pronto nos dimos cuenta de que los mochileros de Vang Vieng no tienen tendencia a madrugar). El encanto de la cueva reside precisamente en que no hay luz alguna, no hay apenas camino marcado, y tienes que ir tú mismo explorando y trepando por las piedras con la linterna frontal, abriéndote paso entre la penumbra (como curiosidad, añadir que hay una escultura de un Buda reclinado en una de las cámaras, aunque no me pareció de lo más destacable de la cueva):




Justo a la salida de la cueva hay un pequeño lago, llamado Blue Lagoon por el color de sus aguas, en el que aquellos que quisieron pudieron darse un baño y tirarse por los columpios y lianas:



Al regresar a Vang Vieng, probamos por fin la experiencia del tubing, que es lo que realmente ha hecho que este pueblo se haga tan famoso entre los mochileros... Pero a este tema le dedicaré una entrada aparte, que bien lo merece...

Al día siguiente por fin nos quitamos la espinita de alquilar unas bicis, y nos perdimos por los caminos rurales que rodean a Vang Vieng, entre montañas, campos de arrozales y pequeñas aldeas (aunque nos pegó demasiado el sol, es una experiencia muy recomendable):



En nuestra ruta, paramos para visitar las cascadas de Kaeng Nyui, donde aprovechamos además para hacer nuestra primera degustación de bichos (ver entradas anteriores). Sin ser una visita imprescindible, si se tiene suficiente tiempo merece la pena llegar hasta allí:







Para finalizar nuestra última jornada en Vang Vieng (al día siguiente ya cogimos el bus rumbo al sur, hacia Vientiane, para de nuevo cruzar la frontera vietnamita) por la noche, algunos salimos a explorar la vida nocturna de Vang Vieng y sus famosos bucket de bebida (ver la próxima entrada sobre el tubing y la fiesta en Vang Vieng). 

2 comentarios:

  1. Desde luego, es toda una aventura lo vuestro.... Con conductores al alocados incluidos.. Auténtica supervivencia

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  2. bueno Benidorm, lo que se dice Benidorm no parece...
    Me parece un viaje completo, que si bicis, tuk-tuks, kayacs, etc, explorando cuevas, cataratas, montañas, por no decir nada de las experiencias culinarias. Cuidaros y seguir manteniendonos al tanto, un beso

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