Por: María
Desde: Ho Chi Minh (Vietnam)
Si ha habido hasta ahora un lugar que nos ha marcado a todos, ése ha sido sin duda Luang Prabang. Quizás sea también por el contraste con nuestra anterior etapa del viaje, la caótica y asfixiante capital vietnamita (que probablemente haya hecho méritos para estar en mi top 3 de ciudades más feas que he visitado), pero todos caímos rendidos ante el encanto de nuestro primer destino en Laos: por sus paisajes, la amabilidad de sus gentes, la tranquilidad que se respira en el ambiente, la calidad de su (baratísima) comida... Ya había leído antes de ir en numerosos blogs y foros de viajeros que éste era uno de esos destinos que invitaba a quedarse una larga temporada y que el tiempo allí siempre sabía a poco, pero lo cierto es que varios de nosotros experimentamos esa sensación que ocurre en contadas ocasiones cuando llegas a un sitio y, sin saber por qué, inmediatamente te das cuenta de que ése sí sería un lugar en el que podrías quedarte a vivir.
Para no aburriros con una larga crónica de los días que pasamos allí, comentaré sólo muy por encima algunas de las actividades y visitas más destacadas de Luang Prabang:
Si bien sus templos no se encuentran ni mucho menos entre los más destacados de los que se pueden visitar en el sudeste asiático, sí que hay algunos con cierto encanto, como por ejemplo el del recinto del Museo Nacional (imagen anterior) o el de la colina de Phou Si, destacable sobre todo por las vistas que desde allí se pueden observar de toda la ciudad y de sus bonitos alrededores (está rodeada de verdes montañas y de los ríos Mekong a un lado y Nam Khan al otro):
Cerca de Luang Prabang se pueden visitar las cascadas de Tad Sae (a las cuales fuimos con la excursión de dos días de trekking y elefantes) y de Kuang Si. Allí, además de ver las impresionantes caídas de agua más altas, también te puedes bañar y lanzar por las lianas:
Aunque ésta sí es una de las "atracciones turísticas" que han perdido su sentido original, no hay viajero que se vaya de Luang Prabang sin presenciar la ceremonia de las almas: cada mañana, alrededor de las 6, los monjes salen de los diferentes templos y recogen comida que entregan como ofrenda los locales. Originalmente se hacía como una forma de realizar una ofrenda a los antepasados (los monjes se encargaban de presentar las ofrendas, rezar las oraciones, y después de ello se comían los alimentos: primero los más mayores, y después los monjes más jóvenes y novicios). No obstante, ahora el desfile de monjes se ha convertido más bien en una atracción de cara a los turistas, que se "disfrazan" al modo de los locales y compran alimentos para poder tomar una buena instantánea del momento en que realizan sus ofrendas. No obstante, no deja de ser interesante para hacerse una idea de cómo era originariamente esta tradición:
Otro de los atractivos más destacados para aquellos a los que les gustan las compras y la artesanía, son sus mercadillos. Por lo general hay pocas cosas que me gusten menos que la combinación viaje + compras (odio invertir en ver tiendas el tiempo que podría utilizar en hacer otras visitas), pero he de reconocer que en el mercado nocturno de Luang Prabang había cosas bastante interesantes y a muy buen precio. El mercado de comida de por la mañana, menos orientado a los "guiris" y más para los locales, también tenía cierto interés:
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